Ferrán Adrià, auditando el proceso creativo
La exposición Ferrán Adrià, auditando el proceso creativo, en Espacio Telefónica de Madrid, es una sorprendente muestra que va más allá de una simple colección retrospectiva de ElBulli o del concepto de gastronomía como tipo de arte.
Nos encontramos con un profundo estudio sobre los factores que intervienen en el proceso creativo, auditados durante años de trabajo en el restaurante de Adrià, y con una fórmula final –no absoluta- aplicable a cualquier tipo de ámbito en el que intervenga la creatividad.
Una mente maravillosa
Ferrán Adrià es un personaje que ha traspasado el título de ser el mejor cocinero de la historia. Una vida dedicada a ElBulli que, con el tiempo, ha trascendido en otros aspectos de mayor alcance, como se está desarrollando en ElBulli Foundation.
Y es que Adrià no es un tipo normal, no encontramos con una mente privilegiada, un genio más allá de los fogones, constantemente abstraído por el pensamiento y la puesta en práctica de lo rumiado.
Cuestionárselo todo ha sido para Adrià una mecánica de trabajo que le ha ayudado a comprender y poder plantear horizontes jamás antes imaginados en la cocina. El por qué, el cuándo, el cómo, el dónde, el qué y quién son preguntas que el cocinero aplica a todos los factores que intervienen en la cocina; ingredientes, tipos de cocción, presentación, entre otros. La cuestión permanente es el germen que propiciará que el proceso creativo sea una dimensión inédita y cuyo final sea exitoso.
Auditar en busca de una fórmula
Y durante 25 años de trabajo en ElBulli, cuestionándose todo lo que se hacía, después de innovar y explorar nuevos horizontes, se llevó a cabo también una exhaustiva documentación de esa actividad. Con el tiempo, la documentación empezó a auditarse de forma anual, pero en lugar de hacerlo como una empresa al uso –con datos sociales o económicos- en el restaurante se hizo con una perspectiva creativa.
A raíz de estas auditorias, realizadas por un equipo de miembros de todos los departamentos relacionados con la creatividad de ElBulli, comenzó a dibujarse un complejo mapa en el que se podía trazar un camino –o fórmula- que garantizase el éxito en la intención creativa. Esto, ha resultado aplicable no solamente a la gastronomía, si no también a efectos creativos de cualquier tipo de arte, de emprendimiento empresarial, científico o incluso político. No es una fórmula matemática, pero dados los resultados, se hace tener en cuenta.
Ahora, ElBulli Foundation pretende compartir ese conocimiento con los demás y seguir investigando y documentando al mismo tiempo.
No se trata de una fórmula sencilla, pero es realizable y se compone de individuo, recursos y personalidad creativa. Todo ello se ramifica y divide para posteriormente entrelazarse en un complejo bosque en el que se recorrerán unas cuantas etapas antes de llegar al final del proceso creativo.
Se trata de una muy interesante exposición, que arroja una gran cantidad de información, de fácil y motivadora asimilación. Bien estructurada, con equilibrio entre texto, imagen y gráficos y entre teoría y práctica. Nos encontramos con platos fascinantes, mágica imitación de la naturaleza, exploración dimensional, derribo de barreras, admiración cultural. Una visión periférica de la gastronomía como arte; el arte efímero que abarca los cinco sentidos, pero también el arte que conecta con el diseño, la artesanía, la arquitectura, la pintura, el pensamiento y la historia. Imprescindible.
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