Documental Camino a la Escuela
El documental Camino a la escuela, recientemente estrenado, es una historia de lucha y superación, de realidades desconocidas acerca de un hecho tan cotidiano como inadvertido: el camino que hay que realizar desde casa hasta la escuela.
Para algunos, en distintas partes del mundo, ese camino no es sencillo; le separan largas distancias, accidentes geográficos, inclemencias meteorológicas, impedimentos en las infraestructuras o imposibilidad de utilizar medios de transporte motorizados.
Dirigido y escrito por el francés Pascal Plisson y con el patrocinio de la UNESCO, es un entretenido y original documental que, además, cuenta con algunas particularidades técnicas que lo hacen más interesante si cabe. La fotografía es una de ellas, los lugares por que tienen que recorrer los niños son paisajes naturales como las montañas de la cordillera del Atlas en Marruecos, las llanuras en la Patagonia Argentina, las sabanas en y los animales salvajes en Kenia o la población rural en la India.
Otra de las características que llaman la atención es el montaje por el cual se les da un tratamiento paralelo a las cuatro historias, desde el día previo a la jornada escolar, pasando el momento en el que el camino a la escuela da comienzo, hasta llegar a su destino. La película va alternando las distintas vicisitudes por las que pasan sus protagonistas y, de ese modo, saltamos de un continente a otro, de un idioma a otro, pero siempre con un mismo fin. Un despliegue de medios que implica una logística y una producción sólida y un trabajo detrás de la cámara minucioso y muy cuidado.
Los protagonistas
Los protagonistas de este historia son Jackson, Carlitos, Zahira y Samuel. Cuatro niños perseverantes en su sueño por aprender y acudir a la escuela a pesar de las dificultades.
Jackson tiene 11 años y vive en Kenia. Dos veces al día, él y su hermana menor caminan 15 kilómetros a través de la sabana poblada de animales salvajes para llegar a la escuela. Cada día tienen que adaptar su ruta para evitar pasar cerca de manadas de elefantes, llenar bidones de agua para afrontar el camino bajo un sol abrasador y temperaturas extremas.
Zahira tiene 12 años y vive en una pequeña aldea del Atlas marroquí. Tiene que recorrer un camino a pie de más de 22 kilómetros hasta llegar al colegio. Senderos pedregosos, altitud, temperaturas extremas, cansancio y agotamiento son sus mayores enemigos.
En Argentina nos encontramos con Carlitos, de 11 años. Recorre dos veces al día, más de 18 kilómetros montando a caballo con su hermana menor. Montañas, grandes llanuras, viento, frío y lluvia en una de las regiones más inhóspitas de la Patagonia.
Samuel tiene 13 años y vive en la India. Debido a su discapacidad, no puede andar los 4 kilómetros que separan su casa de la escuela. Una improvisada y destartalada silla de ruedas es su medio de transporte, sus dos hermanos menores lo ayudan empujando su silla a través de caminos de arena, ríos y otros contratiempos.
Camino a la escuela es un documental que no pretende dar una visión paternalista de la situación de sus protagonistas o compadecerse de ellos. Ese es uno de los puntos más interesantes; el enfoque es meramente informativo, nos muestra la aventura por la que tienen que pasar los niños para acudir a la escuela, nos enseña otra realidad sin ninguna intención adicional. El pensamiento y la reflexión es para el espectador; la valoración del esfuerzo ajeno, la admiración por la constancia y la ilusión cuando las barreras son enormes. Motivador y emotivo, testimonio de la complejidad de actos cotidianos en realidades lejanas.
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